Consejos

CUANDO HACER MANTENIMIENTO A LA BICICLETA

‘Quiero que mi bicicleta vaya fina como la seda’

Cuando estamos subiendo un puerto de montaña con nuestra querida bicicleta, a todos nos gusta que no haga ningún ruido, y que al bajar a alta velocidad, podamos frenar con seguridad, e incluso los más atrevidos poder derrapar al llegar a la curva… Pues para poder disfrutar del perfecto funcionamiento de nuestros componentes, no hay mejor truco de magia que mimar nuestra bicicleta y hacerle un mantenimiento básico a cada salida y un mantenimiento completo cada X tiempo.

En este blog vamos a tener en cuenta los valores principales del mantenimiento básico y de cómo diagnosticar y cuando cambiar los componentes vitales de nuestras bicicletas.

MANTENIMIENTO BASICO, LIMPIEZA Y ENGRASE

Vamos a hablar de las zonas de tu bicicleta y MTB que necesitan lubricación de manera habitual, cómo hacerla y por qué no preocuparse de hacerlo uno mismo. No pretendemos hacer hincapié en la limpieza de tu bici, de la que ya hemos hablado en numerosas ocasiones y que puedes consultar el muchos de nuestros artículos, sino de engrase y lubricación para mejorar el rendimiento de tu bici.

La cadena es la parte más conocida y también la más comúnmente lubricada. Hasta el ciclista más sencillo sabe que periódicamente, en función del uso y de la calidad de los productos que elija, debe dar de beber a su cadena si quiere que el rendimiento de todo el sistema de transmisión sea el mejor. Sinceramente, nuestro consejo es limpiar y lubricar la cadena para cada salida pero, como obviamente depende de qué salida estemos hablando, tiene sus matices.

Los pedales pensamos  no necesitan engrase, pero cuando pasa un poco el tiempo y notamos que nuestra cala no encaja bien o tiene holgura, entonces caemos en la cuenta de que no hemos lubricado los pedales. Sin embargo, es a través de ellos que transmites la potencia a la bici. Así que aplica grasa en las zonas roscadas de los pedales al menos una vez cada 3 meses, y lubricación a las zonas regulables de muelles y pestañas de la zona de enganche de la cala prácticamente cada semana en pequeñas cantidades. Aquí funciona muy bien un lubricante en spray, en nuestro caso utilizamos el Massi PTFE

No basta con aplicar lubricante o cera en la cadena y en el cassette, sino que también el cambio necesita su lubricante. Es una zona muy expuesta así que es conveniente aflojar su tornillo, desmontar, limpiar con cepillo de dientes y desengrasante (cepillo específico y producto específico si quieres un resultado óptimo) y lubricar debidamente. Es fácil de poner y quitar y te evita problemas de cambio y pequeños sonidos indeseables.

Si tu tija es fija, también deberías sacar, limpiar, engrasar y volver a regular. Pero si es telescópica sí que sí, porque en gran medida su rendimiento va a depender de tu cuidado. Límpiala bien después de cada salida y revisa que esté bien regulada. Engrasa la zona que engarza con el tubo del cuadro.

Y para los amantes de las doble suspensiones no hay que olvidar que tenemos que limpiar y engrasar todos los puntos de rotación que hay entre el el basculante y el cuadro.

CUANDO CAMBIAR LAS CUBIERTAS

Montar en bici con neumáticos excesivamente desgastados conlleva ciertos riesgos: pérdida de agarre y altas posibilidades de pinchazos. Rodar con neumáticos en buenas condiciones aporta tranquilidad y seguridad en la conducción.

La mayoría de las cubiertas no tienen un indicador de desgaste, por lo tanto es necesario juzgar su desgaste valorando el estado de la banda de rodadura. Los neumáticos que se usan sobre todo en carretera se desgastan principalmente en la parte central, volviéndose “cuadrados”. Una cubierta debe rodar siempre sobre la goma. La carcasa o los materiales de refuerzo que están en la parte inferior de la goma, no están diseñados para entrar en contacto con el suelo. Un neumático desgastado debe cambiarse antes de que esto ocurra.

En el caso de cubiertas para MTB, un neumático con un perfil taqueado debe cambiarse tan pronto como el disminuya el agarre. Esto ocurre cuando los tacos centrales están demasiado desgastados, ya no tienen bordes afilados y pierden muchas de sus propiedades.
El agarre también disminuye si los tacos laterales se despegan de la misma carcasa.

Es importante tener en cuenta, que si una cubierta está inflada por debajo de la presión recomendada o expuesta en malas condiciones climatológicas durante demasiado tiempo puede sufrir un desgaste prematuro.

SUSTITUIR LIQUIDO RUEDAS TUBELESS

El sistema tubeless cada vez esta más estandarizado en todas las modalidades. Empezó el ‘boom’ en el MTB y ahora ya lo tenemos aplicado a las bicicletas de Gravel i Carretera.

No hace falta hablar de todas sus grandes ventajas, pero si que hay que recordar la importancia de su mantenimiento para poder disfrutar de sus prestaciones.

En este caso estamos hablando del ‘líquido sellante’, que es el que se encarga tanto de sellar bien la cubierta cuando es nueva como para evitar futuros pinchazos.

El líquido sellante tiene una vida útil y con el tiempo pierde propiedades. Se seca y solidifica dentro del neumático, impidiendo que se mueva por toda su superficie interior. Por eso es importante tener en cuenta estos plazos que te indicamos para sustituirlo y evitar pinchar de nuevo.

La vida útil del líquido variará dependiendo del fabricante, uso de la bicicleta y de la época del año. No obstante, como norma general se recomienda cambiar el líquido tubeless cada tres meses. Hay otros factores que harán variar su vida útil, el primero es el uso que hayamos dado a la bicicleta desde el último tubelizado. Si apenas has montado en bici en el último mes, lo más probable es que el líquido se haya secado en la parte baja del neumático al no moverse, obligando a cambiarlo antes del plazo recomendado.

En segundo lugar, la época del año en la que nos encontremos. En verano el líquido tubeless tiende a secarse antes, por lo que si tubelizaste tus ruedas en junio, por ejemplo, deberás cambiarlo al mes y medio, a no ser que quieras arriesgarte a pinchar en mitad de una ruta.

CUANDO CAMBIAR PASTILLAS DE FRENO

Primero de todo hay que saber que no hay una duración definida de las pastillas de freno.

Su vida útil dependerá del uso, pero también de las condiciones ambientales o del estilo de conducción o del compuesto de la propia pastilla.

No obstante, con un uso adecuado de los frenos y un mantenimiento periódico, pueden durar varios meses sin desgastarse completamente. También depende de la modalidad practicada. En MTB, especialmente en las disciplinas como el Enduro o el E-MTB, las pastillas se pueden gastar en pocos meses.

El cambio de las pastillas de freno es una tarea sencilla, que se hace en 4 sencillos pasos:

 

  1. Retira las pastillas antiguas

Las pastillas suelen sujetar-se mediante un eje pasante que cruza la pinza juntamente con las pastillas  que por norma suele ser un tornillo (generalmente se afloja con una llave allen). Aflójalo y sácalo. y después, tira de las pastillas para sacarlas.

Es una tarea muy sencilla. Basta con retirar el pasador que las mantiene sujetas a la pinza y tirar de ellas, para sacarlas.

 

  1. Limpia la pinza y los pistones

El polvo acumulado puede hacer que los pistones de los frenos no funcionen bien.

Limpiar los pistones es sencillo, pero hay que tener mucho cuidado. Acciona muy suavemente la maneta de freno, de manera que los pistones salgan un poco. Una vez que ves parte de ellos puedes limpiarlos con un spry desengrasante en seco. En nuestro caso usamos el Massi Rapid Cleaner

Una vez que todo esté limpio, empújale a los pistones con un destornillador plano, para que vuelvan a su lugar.

  1. Coloca las pastillas nuevas

Como habrás visto al quitar las antiguas, colocar las pastillas nuevas es bien sencillo. Simplemente las introduces de la manera adecuada y después, haces lo propio con el eje pasante y lo fijas.

 

  1. Ajusta las pastillas

Una vez cambiadas las pastillas de tu bici, vuelve a montar la rueda. Notarás que el freno estará muy blando. Eso ocurre porque los pistones han retrocedido después de limpiarlos y empujarles con el destornillador. Bastará que bombees unas cuantas veces, para que todo vuelva a su sitio.

Si notas que roza alguna pastilla con el disco de freno, afloja un poco la pinza, de manera que tenga algo de holgura. Haz girar la rueda y frena bruscamente. Repite esta operación varias veces, con el objetivo de centrar la pinza y se coloque en la posición adecuada y no produzca ningún roce con el disco. Entonces, haz girar la rueda una vez más, frena fuertemente y, sin soltar el freno, aprieta los tornillos de la pinza de freno.

Y con estos 4 sencillos pasos, habrás cambiado las pastillas de tu bicicleta.

 

 

Por último a tener en cuenta y destacar el tipo de compuestos que hay en las pastillas:

 

Corta duración: Las pastillas de compuesto orgánico son las que más rápido se desgastan. Aunque, al contar con una superficie menos compacta y dura, su tacto de frenada es muy bueno y generan menos ruidos. Son también las más económicas.

 

Larga duración: Las pastillas de freno sinterizadas o de compuesto metálico son más resistentes al sobrecalentamiento y se desgastan más lentamente. No obstante, su precio es superior a las de compuesto orgánico y suelen producir más sonido al frenar.

MANTENIMIENTO SUSPENSIONES

 

Las suspensiones son uno de elementos más delicados en una bicicleta de montaña. Descuidar su mantenimiento o no realizar una correcta limpieza aceleran su desgaste y puede provocar que tengas que cambiarla antes de lo previsto, con el consiguiente desembolso económico que supone.

Muchos ciclistas se preocupan de no sufrir golpes o picadas en las barras de la horquilla. Sin embargo, el elemento clave para su durabilidad es el mantenimiento de los retenes y aceite.

No existe un dato exacto acerca de cuándo conviene realizar una revisión de suspensión, ya que ésta depende del tipo de uso que le des a tu bicicleta de montaña. No es lo mismo realizar rutas por pistas forestales sin grandes desniveles que lanzarse colina abajo en un tramo de descenso o ascender por rutas trialeras.

Los fabricantes recomiendan realizar una revisión y cambio de retenes entre las 50 y las 100 horas de uso.

 

Por nuestra parte, es fundamental mantener la horquilla limpia para evitar que el barro, la arena o pequeñas partículas de polvo entren dentro del sistema de suspensión y aumenten la fricción. Por esto siempre se recomienda limpiar la horquilla después de cada uso, especialmente si se ha adherido barro a ella.

Sin embargo, muchos ciclistas se olvidan de que es aún más importante hacer una limpieza de la horquilla antes de salir con la bicicleta

Mientras la bicicleta permanece guardada en el trastero, en casa o en el garaje, se va acumulando polvo alrededor de los retenes de la horquilla. Esto provoca que las partículas de polvo entren dentro del sistema de suspensión una vez sales con la bicicleta, desgastando los retenes.

 

Las horquillas tienen sistemas de lubricación internos, pero la parte de las barras que se encuentran fuera de las botellas están expuestas al aire, con lo que se secan más rápido. Cuando más secas estén, mayor será la dificultad con la que bajarán y mayor será también la fricción y el desgaste producido en los retenes.

Por eso es recomendable lubricar la horquilla antes de cada salida para que el accionamiento de la suspensión sea suave y el desgaste sea menor. Existen en el mercado productos especialmente indicados para lubricar horquillas.