El mecánico ha hecho un trabajo con mimo, me conocen, saben que soy maniático con los ruidos, pero siempre les alegro la cara cuando les digo que en tal marcha o tal carrera la bici funcionó a las mil maravillas gracias a sus manos.
Aprieto un poco, empieza la subida de aproximación al monte, casas grandes con jardín… tenía una idea del recorrido cuando salí de casa, mientras apuraba la última tostada y el café, ahora dudo…mi cabeza quiere evitar la primera rampa.
La primera agonía, no me doy cuenta y me he metido de cabeza, mi subconsciente sabe por qué… aprieto pedales…mmm parece que hoy las piernas no duelen, llevaba una semana de arrastre, fatigado, les ha sentado bien el día de descanso.
Por fin entro en la tierra, me reconforta oír el ruido en las cubiertas con el contacto de las piedras, ya huele a naturaleza, aún hay un ligero rocío, todo parece desperezarse a mi paso con total tranquilidad.
Subo la cadencia, bajo un par de piñones, sube la velocidad… pisteo…rápido… despejo mi mente, y me dejo llevar…
Llego al punto de encuentro, llegan también los otros 3 compañeros a la vez, puntuales, sonreímos, todos nos fuimos a dormir temprano, significa que hoy será duro, muy duro, instintivamente me llevo la mano a los bolsillos del maillot, 2 barritas, 1 gel… me siento más tranquilo.
Rodamos en grupo, risas… todos estrenan algo,¡ pero que tíos! los mismos calcetines show de cada sábado… el mismo maillot lleno de enganchones y recosido por todos lados… eso sí… necesitan kashima’s, necesitan gafas fotocromaticas a juego con la equipación, cassettes de 200 y pocos gramos.
Primer puerto largo, empieza el juego, se aceleran las respiraciones, comentarios nerviosos… se hace el silencio, manos que salen y aprietan manetas de freno contrarias, tal para cual… nadie afloja, nadie lo hará, me vuelve el desayuno… ya pasará… son solo 10 minutos… aprieto los dientes, busco el placer en la agonía… no hay placer… me ahogo… ya pasará.
Trialeras, corriols, piedras y madera… concentración al máximo, ¡brutal! Distintas trazadas, unos fluyen encima de las piedras, yo me agarro fuerte al manillar y las paso como puedo, se abre… me deja espacio, sabe que viene un cambio de rasante, es una invitación al baile… salto largo, dejo libre la bici, se levanta en el aire tiro el peso del cuerpo hacia adelante y la cruzo, se oye un yeaaahh!! Me gusta flotar, ingrávido, el tiempo avanza a cámara súper lenta, en 1 segundo y medio, todos los esfuerzos valen la pena para este instante. Encuentro el flow.
Vamos devorando quilómetros y desniveles sin tregua, miro él cuenta, casi 4 horas por trazados rompe piernas, apuro el último trocito de barrita… ya no me queda nada… sigo pensando en mis piernas. El bidón con sales ya lo he rellenado, mi cuerpo pide mucho más que agua sola… pero queda poco de ruta… hablamos muy poco… puedo aguantar creo. Un último puerto, después todo bajada y casa, ducha , comida y una adorada siesta.
¡Sonido de derrape! me devuelve a la realidad… aún no me lo he ganado, este puerto será el más duro… parece que nada ha sumado hasta que llegas aquí.
Se descuelgan dos, son los más explosivos, el corazón quiere salir a por ellos. La razón quiere subir el piñón más grande y abandonar la batalla… pero las piernas mandan, no aflojan y ponen su ritmo, un poco lento pero se mantiene la distancia.. 30 metros… parecen un mundo… lo son… todos estamos cansados… ruego que nadie se haya guardado nada.
Última curva, quedan 500 metros para coronar la cima… la conozco bien, mis piernas también, he pasado tantas veces por aquí, podría dibujar las piedras y raíces en una hoja. Sé que si bajo un piñón llego… aprieto, los alcanzo… miro atrás… los dos rezagados estamos juntos. Todos hemos echado el resto, pequeño sprint y coronamos los cuatro a la vez, cabezas gachas, boqueamos intentando coger más aire, veo estrellas al levantar la cabeza, me entra sudor en los ojos y escuece, me da igual…por hoy ya se acabó, el recorrido escogido ha sido duro, muy duro. El tiempo ha sido respetuoso con sol y nubes, sin calor, suelo algo húmedo pues llovió hace dos días, una pizca de barro y sobre todo color verde y no el gris del día a día, muy buena compañía, excelente bicicleta… la salida perfecta.