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Como el ciclismo te puede ayudar

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Recientemente ha salido un informe donde se sitúa a España como uno de los países con un incremento mayor de gente que no sigue una dieta equilibrada, igual que también es uno de los países con un numero más elevado de personas que son totalmente sedentarias. Según estos datos, en el 2030 se prevé que un 70% de la población sufra sobrepeso (hombres, 80%; mujeres, 58%) y un 30% de estos sufra obesidad. Según la OMS desde el 1980 la obesidad se ha doblado en todo el mundo.

Aunque que hoy en día está de moda el running o el ciclismo, y estamos acostumbrados a ver gente a todas horas practicándolo, aún hay un elevado % que directamente no practica ningún tipo de actividad. Por el contrario los que sí que lo practican dedican un mayor número de horas a la semana y a la vez también influye directamente en su dieta. Como bien sabemos, y no es ninguna novedad, la obesidad es un factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes, trastornos del aparato locomotor como la artritis y algunos cánceres como el de mama y colon.

Si después de leer estos datos te sientes identificado con él % que no practica ningún tipo de actividad, si la última vez que recuerdas haber cogido la bicicleta era cuando eras un niño, y además ya pasas de la trentena… ahora sería un buen momento para plantearte un cambio. Además, no sirve prácticamente de nada intentar hacer dietas milagrosas si no lo mezclas con actividad física. Lógicamente no es recomendable pasar de no hacer nada a hacer mucha actividad  de golpe, hay que acostumbrar el cuerpo a una nueva rutina, ya que a veces, “el remedio es peor que la enfermedad”.

Para ello, es importante planificarse una rutina con un horario más o menos fijo e intentar habituarnos a él, no es raro el caso de la persona que por trabajo u otros motivos del día a día a perdido el hábito de hacer deporte o directamente cree que no tienen tiempo. La verdad es que si uno quiere, saca tiempo de donde sea.

Antes de ponerte en marcha recuerda hacerte un chequeo, hazte una prueba de esfuerzo físico, los años pasan factura a todos y es mejor conocer nuestros límites antes de empezar que no llevarnos un susto.

Después, llegada la hora de empezar, no hay que caer en el error de forzar nuestro cuerpo por encima de nuestras posibilidades, tener prisa por recuperar el tiempo perdido, esperar un milagro sin ser constante, ver el deporte como una obligación, no ser regular, y lo decimos, porque aunque parezca evidente, mucha gente cae en estas trampas.

Al pasar del sedentarismo a la práctica de cualquier tipo de actividad física, no hay que olvidar que el cuerpo está acostumbrado a no moverse, ya que la actividad que podamos hacer a diario como andar por la oficina, o de la puerta del coche a la de casa o el trabajo, es lo mismo que no hacer nada, ya que como mucho favoreces un poco la circulación. No solo se pierde fuerza, también coordinación, equilibrio, velocidad de reacción… Todo esto hace que tu cuerpo esté menos preparado al estrés del ejercicio, incluso a un esfuerzo relativamente suave.

Por ello, si crees que tú estado físico no es del todo bueno, recomendamos que empieces con un entrenamiento mínimo de fuerza (ejercicios de musculación, ya sea en gimnasio o en casa) entrenar algo la capacidad aeróbica (trote suave, bicicleta o elíptica) y no olvidar nunca realizar ejercicios de calentamiento antes de la actividad y hacer estiramientos al terminar. Por ejemplo, seguir una pauta de salir 2 veces por semana, empezando por sesiones de 30 minutos y al cabo de unas semanas subir a 1 hora. Cuando notes que las sesiones ya son poca cosa, podrás aumentar a 3 o 4 sesiones semanales, siempre con un día mínimo de recuperación. Hay gente a la que le gusta practicar el deporte solo, aunque si te estas iniciando, ir en compañía te ayudará a ser más constante, implicarte más y conseguir un pique sano que te ayudará a motivarte todavía más.

El siguiente paso es intentar conseguir nuevos retos, si antes hacías 8km en una hora, intenta hacer 12 en el mismo periodo de tiempo. Prueba de variar la ruta, conoce caminos nuevos, márcate nuevos objetivos. El ciclismo, como otros deportes, cuando coges una buena rutina y ves que poco a poco vas mejorando pasas de sufrir a disfrutar… de odiarlo a engancharte.

Volviendo a los datos comentados anteriormente sobre la obesidad, los países donde tienen una cultura del deporte totalmente diferente a la nuestra, como por ejemplo Holanda, donde el ciclismo es el medio de transporte más utilizado, los datos cambian radicalmente. Parece ser que Holanda será uno de los países mejor preparados, de los pocos que conseguirá mejorar sus datos, disminuyendo el  54% de hombres con sobrepeso y un 10% de obesos que tiene actualmente. El porcentaje de obesidad entre las mujeres también caerá, del 13% al 9%.

Así que ya sabemos, lo que hemos de intentar es tomar medidas que favorezcan el ejercicio diario, como por ejemplo incentivar el uso de la bici para los desplazamientos diarios, pues el ejemplo de Holanda tiene suficiente fuerza como para hacernos replantear ciertos hábitos. ¿Que creéis vosotros?

 

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